jueves, 8 de mayo de 2008

Without A Trace

Aveces uno se siente vivir en la isla de la fantasía, exactamente cuando estas entre la espada y la pared, exactamente cuando te miras en el espejo y no te ves, cuando caminas entre muros de mentira e irrespeto, cuando crees que todo lo tienes y la realidad golpea tu cara y te demuestra que de todo lo que pensabas; no tienes nada. Cuando te das cuenta de que las batallas son sólo batallas y la gente por mas que intentes ayudarlas se quedan igualitas. Casado con la soledad, divorciado de la felicidad, burlado por el destino y sumido en la arena movediza de la desesperación y tener que subir la montaña a pie, con todo el peso de lo que no crees sin poder escribir lo que lees, sin poder resistir lo que no crees. La muerte te sigue cuando no la ves, el dolor se siente cuando menos lo quieres tener, El Diablo te espera porque sabe en lo que tu vida terminara, no le importa cuanto tiempo espere para que le pertenezca; a mi me importa mucho menos, no importa cuantos sean lo truenos, no importa que tan profundo fueron los sueños, no importa cuanto aquello lo queremos. Es como seguir viviendo mientras alguien te guia, como tomarte en una copa cuadrada la falsedad y callar sin tener que opinar. Soportar el peso de lo insoportable, de lo inolvidable, ver como el sentimiento se vuelve roca en las calles, ver como el suelo es mejor sitio para que al igual que las serpientes; te arrastres y no hables.
La existencia se nubla, el corazón conmocionado se deslumbra, en el dolor se caba la tumba, morir en una esquina vendiendo mis poesías, aceptar que con el tiempo el destino de mi otra vez se ría, seria una pena aceptar lo que escribo y darme cuenta de que nunca viviré estando mejor, olvidar lo que escribo porque es mi única voz como ahora que hablo; estoy hablando.
Miguel Shulterbrandt

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