lunes, 9 de febrero de 2009

Dear God...

Hoy arroje al suelo todas esas cosas que como un ladrón robe sin que me mirara
Dionnys cocinaba algo allá en la cocina, Gracias a Usted que por lo menos teníamos con que.
Khris jugaba los juegos los cuales aveces le daban la idea de que eran sencillos.
Mi perro ladraba para que les vieran los colmillos, pero en verdad es tan pequeño que por los demás perros no le hacían caso se la desquitaba conmigo.
El corazón se escondió, creo que ante el amor, la toalla arrojó, una vez mas perdió quien sabe fue el ganador, por lo menos ya no existe el temor, Dolor, creo que no, sólo un momento a oscuras aquí en la habitación, caminar otra vez por las calles escuchando como los demás se retuercen de dolor, camino hasta la conmoción, unos dicen que es liberación, adán la manzana una vez mas la mordió, perdí, pero si miras a tu alrededor en la fila no estoy sólo yo.
Aveces cuando nunca tubiste, nunca escuchaste lo que el tiempo quería decirte, nunca supiste lo que le diste al pajarito por eso que pensaba que era alpiste, no era un tecato, pero lo confundió la policía por comportarse como el malvado, no salen los peces del agua sin que dejen de respirar, hasta las latas de comida tienen una fecha en la cual se pueda expirar.
Querido Dios, no se si sea digno de que hoy este conmigo, no se si sea digno de que al marcharse mi hijo usted haga lo que quiera conmigo, no se donde estaba el amor porque hasta hace poco lo persigo, pero no se si sea batalla de perro tratando de buscar al gato, talvez deba arrinconarme en el olvido a recibir algún maltrato, talvez deba salir de mis líos para sentir como la brisa de la tranquilidad moja mi rostro y me esconde de la realidad por un rato, talvez deba seguir escribiendo para así no tener que molestar ni al ratón o al gato.
Hoy me quedo en la silla, pongo sobre mi cuerpo un poco de mermelada y mantequilla, dejo que por encima de mi imaginación vuelen las hormigas, las observo comer mi corazón y se lo lleven a sus cuevas como migajas, solo, sin temor a lo que pueda suceder, he perdido tanto y me he emboscado tanto por el amor de una mujer, volé color blanco de las nubes agarre pero todo quedó allá y aquí me tiene una vez mas de rodillas atado a una pared. Querido Dios, Dios por favor, no deje que mi alma se pudra en una fantasía que jamas sera mía, no deje que mi soledad haga que una vez mas me enamore, que la adore, porque de volver a suceder, moriré nadando ahogado en un trago dulce de alguna bebida licuada en la sonata final de esa poesía sin terminar.
Miguel Shulterbrandt

No hay comentarios: