Para existir, para vivir, para saber que camino tomar, para crecer, para entender, para poder ser equivalente, para entenderte, para entenderme, para amarte; hay que cometer errores. Yo he cometido tantos errores, he abrazado tantos sin sabores, he pasado tantos sustos, he visto tantas madres vestir de luto, he visto tantas personas burlarse de quien les jura amor de por vida, he comprobado cuando el corazón llega al punto inclinado de la vida y la razón se da por vencida.
Todos esos frutos que una vez se pensaban iban a alimentar el alma cuando llegara la invitada inesperada "Hambruna", esa quien no se cambia por ninguna y cuyo efecto te recuesta en la tortura, esa que Dios quiere sustituir con la salvación, con su bondad, con su misericordia.
Cuantas veces no se acuesta uno con el sólo pensamiento y con la idea de una vida mejor, un momento callado en alguna canción para que sea sólo el corazón quien se encargue de responder y cotejar el signo de interrogación, cerrar los ojos y no tener que hacer mas investigación.
Parece que algún día el amor llegara, te envolverá y sin dudar, le dirás adiós a la soledad y comenzaras a encajar un poquito con la realidad, con tantas cosas que veías no realizar jamas, que veías venir desde lo alto de una elevada subida o bajada sin se zar.
Por ahora y por siempre quizás, las dudas caminaran hasta donde jamas las puedas alcanzar, debes el amor cultivar y sencillamente; levantar la cabeza y darte una oportunidad, secar tus lágrimas, elevar el alma y darte una oportunidad.
Miguel Shulterbrandt
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