viernes, 29 de abril de 2011

Eden

Mientras el cuerpo cae hasta el vacío, una sonrisa abunda en el rostro mojado de la realidad mientras unos dramaturgos corrigen la forma de caer al columpiarse en el agua salada el cuerpo que muchos creían sin vida. "CUIDADO CON LOS ERRORES GRAMATICALES!!"- dijo alguien del publico al leer los comentarios y una risotada tildaba de; errónea, la tinta.
En si, el cuerpo llegó hasta el fondo sin llegar a tocarlo porque unos ángeles le amortiguaron la caída y al creer que llegaba al fondo, sólo llegaba al Edén.
Brillo inmenso, lugar el cual nunca es de noche, siempre es de dia, los niños corren sin miedo, los animales caminan a sus anchas y el recién llegado sólo los mira y se sonríe con una tranquilidad que aveces lo asusta y no se atreve a mirar manzanas ni sus ramas. Caminando como sabiendo que no tiene prisa de llegar a ningún lado, el hombre se va adhiriendo a la tierra mientras unos pajaritos le quitan la ropa mojada y lo invitan a integrarse en esta vasta realidad, mientras el aire limpia sus fosas nasales invitándolo a reconciliarse con lo que de hoy en adelante sera su hogar.
El sentimiento moja sus ojos y el cuerpo cae al suelo de rodillas con los ojos turbios mirando al cielo, abriendo los brazos parece preguntarle a Dios -" ¿Crees que sea merecedor?", En ese momento una luz suave y fresca le tocó, una voz que jamas podría describir sólo le dijo-" Te he preparado para que estés aquí, para que sepas que luego de haberte sometido a mi; Hoy estés junto a mi", " Por eso sufriste, por eso viste las cosas que nadie podría describir, por eso vives en mi reyno, por eso la muerte no te hizo sufrir, así te pago el dolor que te hice sentir."
En un sólo segundo se levantó del suelo y abriendo los brazos respondió; " He me aquí mi Dios, Has lo que quieras de mi", " Vive mi vida, reyna en mi espíritu, has me instrumento." A pocos segundos, una lluvia de gotas frescas y de seda sirvieron como detergente para limpiarle los pecados, al tiempo que una brisa santa le secaba el cuerpo desnudo sin maldad. Sus ojos cerrados atisnaron a abrirse cuando era envuelto en una neblina purificadora la cual cubría sus cuerpo con lienzos blancos como aquel lugar. Unos gatitos blancos le trajeron lo que le serviría como sandalias y al estar listo ya, su madre le dio la bienvenida, con un beso en la frente le dijo- "Hola hijo, Ya estas en el Edén.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Just beautiful. I love it when you write like this. bb