Esto no es un cuerpo lleno de vida lo que observas en mi, no es un manantial de esa vitalidad que una vez pudiste sentir, no es Alguien a quien debas seguir; Ya alguien me dejó sin corazón, alguien ya me llevo hasta donde jamas me puedo devolver y caminar para volver a empezar. Aunque el sol esta brillando, aunque la luna este modelando para que haga una bella poesía sobre ella, como la había escrito antes, como la había enamorado antes; Sencillamante no puedo ya. En el cuerpo existe la ausencia de gozo, no existe al camino empalmado de sonrisas y abundancias de locuras inolvidables que se licuan aqui en esta poesía sin sentencia porque al acusado fue dictado; demente sin consciencia. Sólo se escucha el ladrido solitario de un perro al final de la calle de la soledad y mi voz que interpreta el pensamiento homogeneo de las palabras lucidas y carentes de significado, fundidas en un padre nuestro. El tono es angosto y al igual que el pasadizo oscuro; lleno de murmullos sin descanso, el corazón no estará jamas en el pecho, lo han robado, lo han disecado en montones de lágrimas secas, invisibles a la óptica humana pero que han estado ahí siempre, ocultas, tratando de que los demás no las puedan ver; por vergüenza quizás, pero por callar lo que no sucederá nunca. Mientras, los ojos pesan, las luces se apagan, otro día mas, otra etapa de la vida en la cual debes aprender y jamas comentar. Perder la pelea , sencillamente recoger los dientes del cuadrilátero y quizás volver a entrenar; no para ganar, mas bien para salir del ocaso de jamas. La risotada hace eco en los muros, alguien vino a robar, pero mareado en la locura y tirado al pecho el cantar oxidado de unas claviculas destrozadas, cosquillean al oído y dicen- " Pierdes tu tiempo, Ya alguien me dejó sin corazón.
Miguel Shulterbrandt.
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