Khris, Una Poesía y La Soledad.

Hoy, encerrado en estas cuatro paredes, disuelto como chocolate en el agua, descalzo caminando entre la maleza buscando la salida, hoy que mis ojos han dejado de ver hasta el atrás intranquilo. Veo hasta el cielo y a manera de preso dejado en libertad luego de haber cumplido condena, hoy abro mi corazón y puedo ver que todo esta en su lugar, puedo decir que la lección la he aprendido, puedo decir que he visto mis errores como la bella doncella se ha repasado el maquillaje en el espejo, yo en el sendero de la realidad amplia de una iniquidad dislusa e inagotable, envuelto en un cáliz absurdo de quejas que mejor te abundan en el océano de la ruptura injusta quizás de la relación con el amor.
Hoy, los años han pasado y no se si haya valido la pena decidir retrazar un poco el final, ese final de saber que el único amor que he recibido esta en; La sonrisa tierna de mi hijo Khristopher, en el abrazo calido y húmedo de la Soledad, y en el desahogo crujiente de las letras negras de una poética línea curva en un a hoja cibernética de la pared.
He vivido mis días pasar lentamente y sinceramente fugado de la realidad por querer utilizar el uniforme intenso de la diferencia, dibujando en líneas de colores translucidos; mis poemas, ocultado mis problemas, sólo por escuchar los de otros primero. A mi manera he dado todo a quienes caminan junto a mi por el sendero espinoso y limpio del amor, sin falsos orgasmos, sin falsos latidos del corazón, por esa parte es una pena admitir que he de morir tranquilo y lejos de todos quienes por mi han tenido que sufrir.
Hoy, se que hay quienes dirán; Que aburrido, Que desgraciado, Maldito amargado. Pero hoy sin remordimientos, sin demonios quienes se ocultan, sin peros que admitir, sin rencores en el corazón, la competencia se ha acabado para mí, quizás sin ojos que puedan leer esto que una vez escribí. Hoy puedo decir y sentir que la revisión no se quedó en el zafacón, que el amor sólo fue una condición que quise tener para poderme sentir humano y a manera de Dios, quizás, porque me oculte, talvez porque es mejor así, porque estoy perdido; no se, estoy sumergido en una paz profunda y una soledad moribunda y rotunda.