Los ojos se espantan ante el escandalo callado y oculto de esa realidad que se ventila como lumbago nupcial es la oscuridad de una noche desolada, bordeando una pistola en el corazón y sin tener miedo, solo le enciende una vela pequeña a la soledad. Sera todo pintura fresca para mi pensamiento o sera todo irrealidad? Sera todo un estado mental o es acaso el lumbral de la muerte que paso a paso se siente llegar, colarse por entre mi cuerpo y asentarme una bofetada para que entienda que lo que un día fue, jamas lo sera, jamas revivirá.
Vivir por vivir y ser ejemplo perfecto de como se hunde en el recuerdo lo que una vez eramos sin tener que tocar lo que no somos en realidad. no hay que pensar para entender que ya lo que se siente no es igual, ahora el aire se escurre por entre las flores comiendo mi dolor al tomar la flor por el tallo y encontrar las espinas que sin saberlo crecían a mis espaldas mientras pensaba que el jardín estaba forjado de amor y sólo me doy cuenta que el dolor hacia lo suyo cuando yo dormía sin temor. La sombrilla tenia unos hoyos y sin querer me moje todo el traje, ahora soy víctima de un chapuson en la arena movediza de un estado que ya pasó, no se puede caminar por el cuerpo sólo por el dolor, solo y con temor, solo y sin mirar la aguda golpiza que se le dio al corazón, a el amor, a la realidad que se escondía en una amable melodía, a un día que se veía que vendría, pero que ya debe tener solución para cuando despierte y se aleje el dolor, de esta noche oscura que me arroja a un trago de injusticia y me deja inconsciente en la basura.
El payaso se reía de la mordida asegurándome que junto a esta poesía podría hacer reír a quien me rodea; de por vida.
Mientras, el poeta se sumerge en una noche nupcial con el dolor; sin poder dormir, sin poder ser feliz y asustado, esperando a ver si le tocara morir ahorcado por el látigo del amor.
Miguel Shulterbrandt
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